Impulso a la educación como el principal pilar de la transición climática mundial
El experto plantea en la Resolución de la Nueva Década sobre Cambio Climático concentrar los esfuerzos de transición climática en las acciones que tengan mayor impacto posible en el plano individual, comunitario, organizacional, sistémico de país y regional.
Tras una amplia experiencia ejecutiva y operativa en cambio climático, sostenibilidad, gestión de recursos naturales y desarrollo internacional, que suma más de 20 años, Emilio Sempris, resalta que los principales problemas ambientales que afectan a Panamá son: “En el entorno rural, los principales problemas ambientales están vinculados con la pérdida de biodiversidad y contaminación del suelo y los recursos hídricos como resultado de prácticas agropecuarias insostenibles y el avance de la frontera agrícola. Por otro lado, en el entorno urbano, la gestión de los desperdicios continúa siendo el mayor reto ambiental. Con respecto al cambio climático, los efectos adversos más palpables incluyen el aumento de la temperatura media, las alteraciones en los patrones de lluvias y el aumento del nivel medio del mar particularmente en la vertiente Caribe del país. Los sectores de la economía más impactados son recurso hídrico, agricultura, salud humana, zonas costeras y ciudades resilientes”.
Sempris, quien fuera ministro de Ambiente de 2017 a 2019, director general del Centro del Agua del Trópico Húmedo para América Latina y el Caribe entre 2002 y 2012, miembro del Consejo del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM) y del Fondo de Adaptación (FA), representante afiliado Internacional de la Corporación Universitaria para la Investigación Atmosférica (UCAR), parte del Equipo de Biodiversidad y Pronóstico Ecológico de la NASA y Punto focal de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC) y miembro del Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC), afirma que el financiamiento sostenible siempre ha sido supasión. “Mientras Dios me siga dando vida y salud, seguiré buscando formas de lograr financiamiento para respaldar actividades, proyectos y programas que impulsen la sostenibilidad de Panamá, la región y el mundo”.
Actualmente, Emilio Sempris es Miembro del Concejo Senior del Grupo de Trabajo para Escalar los Mercados Voluntarios de Carbono (TSVCM). Factor de Éxito pudo entrevistarlo para conocer, desde su experimentada opinión, la situación de Panamá en términos de sostenibilidad ambiental.
En su experiencia, ¿está Panamá preparado para enfrentar las consecuencias del cambio climático?
Es difícil argumentar que un país está preparado para enfrentar las consecuencias del cambio climático, particularmente si es un país en desarrollo. Los panameños pensamos que nuestra posición geográfica nos protege de los huracanes, sin embargo, estamos empezando a ser golpeados con mayor frecuencia. Los huracanes Otto, Eta e Iota son un ejemplo. Entre 2015 y 2020, Panamá ha lanzado sendos para enfrentar el cambio climático. Estos incluyen el Plan Nacional de Seguridad Hídrica 2015-2050, con una inversión inicial de $34 millones para impulsar el desarrollo de nuevos reservorios multipropósito de agua para el Canal de Panamá y cuencas hidrográficas con importantes asentamientos humanos, la adquisición de una póliza paramétrica de seguro de exceso de lluvia, con renovaciones anuales, el proyecto de reasentamiento de comunidades indígenas isleñas a tierras continentales, la Alianza por el Millón de Hectáreas Reforestadas y el Fideicomiso de Agua, Áreas Protegidas y Vida Silvestre.
Coméntenos cuál es la visión que presenta en su Resolución de la Nueva Década sobre Cambio Climático.
La Resolución de la Nueva Década sobre Cambio Climático tiene como propósito concentrar los esfuerzos de transición climática en las acciones que tenga el mayor impacto posible en el plano individual, comunitario, organizacional, sistémico de país y regional. Es un llamado de atención para que enfoquemos los limitados recursos en los asuntos que logren un mayor impacto en la lucha contra el cambio climático. En ese sentido, quiero resaltar la necesidad de impulsar la educación en cambio climático como el principal pilar de la transición climática mundial.
¿En qué consistió su aporte para el establecimiento y operación del Sistema Regional de Visualización y Monitoreo (SERVIR)? Luego de 18 años, ¿cómo evalúa la importancia de este sistema para la prevención de desastres en la región?
El Sistema Regional de Visualización y Monitoreo (SERVIR) es un esfuerzo colaborativo que impulsé como director general de CATHALAC, junto con la NASA y USAID, con el objetivo de transformar los datos e información satelital de la NASA en insumos para asistir a los países de la región en la toma de decisiones, particularmente durante eventos extremos. Luego de 18 años de operación en la región, hay dos cosas me llenan de alegría. La primera es que la ciudadanía de la región continúa usando SERVIR como referencia científica durante los eventos extremos. La segunda es que SERVIR se ha globalizado y ahora tiene operaciones en África, y Asia. Dichas operaciones son una réplica del proyecto que inició como un experimento en nuestra región en 2004. Cuando veo imágenes de SERVIR en las televisoras y redes sociales me digo, ya SERVIR no es mi bebé. Ahora es un joven de 18 años que los gobiernos y el sector privado tienen que seguir apoyando para que continue creciendo y brindando la mejor información científica posible, en beneficio de Centro América, el Caribe y el mundo.
¿Cuál es el papel de la sostenibilidad en el nuevo panorama que se presenta en el mundo?
El mundo está atravesando una época de transición ecológica sin precedente. La transformación y uso de recursos y materiales que le han permitido grandes avances a la humanidad desde el inició de la revolución industrial también han tenido un impacto negativo en los medios de vida a nivel local y planetario. Yo soy de la escuela que promueve una la revolución de la sostenibilidad agradecida y constantemente retadora. ¿Por qué agradecida? Porque la expectativa de vida humana a aumentado casi 30 años de 1950 a la fecha. Esto mayormente se debe a los grandes avances científicos, tecnológicos e institucionales. ¿Por qué retadora? Porque el uso de los recursos y materiales que han permitido una mejor vida a nivel global ha sido insostenible. En ese sentido, la nueva corriente mundial de la sostenibilidad tiene la responsabilidad histórica de poner en marcha una transición ordenada que nos permita restaurar las condiciones ecosistémicas planetarias que garanticen que las futuras generaciones puedan vivir en entornos donde puedan materializar sus aspiraciones de desarrollo sostenible sin poner en riesgo las aspiraciones de las siguientes generaciones.
¿Cuáles considera que son los dilemas que enfrentan la región en su búsqueda de la sostenibilidad?
Por ejemplo, el Corredor Biológico Mesoamérica y el mar Caribe son dos de nuestros principales bienes públicos regionales que continúan siendo gestionados bajo un paradigma político-administrativa que impide la integración social, ambiental y económica. Otro ejemplo son las cuencas hidrográficas. A pesar de que el 34 % del territorio centroamericano está posado en cuencas hidrográficas transnacionales, los retos relacionados con la sostenibilidad de seguridad hídrica son abordados por cada nación hermana separadamente. Todo esto resulta en una compartimentalización administrativa de los ecosistemas pone en riesgo la posibilidad de dinamizar las economías rurales, cuyos territorios son los que albergan la mayor concentración de biodiversidad en la región.
El mundo de hoy plantea la necesidad inminente de cambiar e innovar. En términos de sostenibilidad, ¿qué se necesita cambiar en Panamá?
El principal reto panameño en materia de sostenibilidad está relacionado en la descentralización de la gestión pública. Hoy en día, cerca del 85 % del producto interno bruto del país gira en torno al área metropolitana. Entre 1960 y 2014, el país perdió cerca de 2.5 millones de hectáreas de bosques como resultado del modelo de “desarrollo” centrado en la extensión agropecuaria. Este modelo ha demostrado ser social, ambiental y económicamente insostenible. Las zonas con mayor riqueza biológica del país representan una gran oportunidad para dinamizar y diversificar la economía rural del país. Por ejemplo, el ecoturismo y la investigación científica podrían ser importantes pilares de sostenibilidad nacional.
¿Cuál considera que debe ser el rol del panameño común en la transición sostenible? ¿Cómo involucrar al ciudadano en las acciones?
Esa tensión es buena y está generando nuevos espacios de discusión sobre el futuro de Panamá. Por otro lado, los ciudadanos deben estar más atentos sobre los impactos ambientales de sus decisiones presupuestarias personales, familiares y empresariales. Tratemos, dentro de la medida de nuestras capacidades, de utilizar productos y servicios con una trayectoria verificable de sostenibilidad.