Los ataques cibernéticos van más allá de las pérdidas económicas; sin duda alguna, tienen un impacto directo en la reputación de las empresas. Ante este contexto, y en el marco del Día Internacional del Internet Seguro, LLYC ha realizado un análisis sobre la forma en que los ciberataques causan que los clientes pierdan la confianza en las empresas, y comparte una serie de recomendaciones que permitirán a éstas anticipar riesgos y fortalecer su reputación ante una eventual situación sensible derivada de una amenaza cibernética.
“El internet seguro es un concepto que engloba más que los ejercicios y técnicas implementadas en las diferentes plataformas, es por ello que para garantizar esa seguridad es necesario que todos seamos parte de tomar las medidas precisas para asegurar una protección completa. Es fundamental reconocer que, aunque el internet brinda acceso a información valiosa y oportunidades ilimitadas, también presenta desafíos en términos de privacidad y seguridad para las personas y las empresas”, afirma Michelle Tuy, Directora General de LLYC Panamá.
Al tiempo que las empresas aumentan su participación en el mercado, y generan mejores experiencias, incrementan también los riesgos de ciberseguridad asociados a su propiedad intelectual, los procesos y datos confidenciales de sus propios clientes o usuarios, colaboradores o empleados. Estas amenazas, además, seguirán creciendo ante el avance de los sistemas de inteligencia artificial (IA), IoT y metaverso, entre otros.
En México, en 2023 sólo el 41.7% de las empresas y organismos de gobierno, pudieron defender preventivamente los ciberataques que se presentaron, lo cual da como resultado otro dato importante: el 58.3% de los ataques lanzados contra ellos tienen éxito, de acuerdo con datos de SILIKN.
5 Claves para un Internet más seguro protegiendo la reputación empresarial
1. Educación al usuario
El factor humano es el elemento al que más atención hay que prestarle. A mayor digitalización de procesos, ventas e interacciones en redes sociales, apps y plataformas, aumenta el riesgo para los usuarios y organizaciones. Existe una clara demanda y necesidad de mayor información que permita a las personas detectar ciberriesgos y evitar ser víctimas de los ciberdelincuentes cada vez más sofisticados.
2. Estrategias de antifragilidad
En una era de permacrisis, ya no se trata de sobrevivir, sino de permanecer y fortalecerse ante las adversidades. Al estar expuestos a ciberataques, la diferencia está en cómo se gestiona y cómo se comunica para que impacte lo menos posible. Las empresas deben sumar a sus directivos de comunicación y relaciones institucionales a la estrategia de respuesta ante un incidente de ciberseguridad, que debe estar diseñada y practicada con antelación, a través de simulacros integrales (equipo técnico + equipo de comunicación corporativa).
3. Comunicación transparente y oportuna
Cada audiencia impactada debe ser atendida de manera cercana con la finalidad de que el pánico -inevitable en estas situaciones- no sea el protagonista.
4. Cumplimiento conectado
Es esencial contar con un programa que conecta la política de cumplimiento con la cultura de la organización, que es la mejor vía para garantizar su verdadera implementación. En este punto, la creatividad juega un papel diferencial entre seguir mandando memorandos de “reglas y deberes” vs un cumplimiento conectado con la cultura organizacional.
5. Responsabilidad conjunta
La comunicación creativa y diferencial para generar mayor sensibilidad y educación sobre el papel de cada uno frente a ciberamenazas debe ser una prioridad. Solo en una estrategia de anticipación a este tipo de riesgos se tiene la capacidad de crear un cerco de protección en que todos comprendan sus derechos y deberes.
“En LLYC, por medio de diversas escuchas, hemos detectado que los usuarios no quieren que las empresas oculten las ciberamenazas o en su defecto, los ciberataques; sino que exigen una comunicación honesta y eficiente sobre los sucesos que a ellos también les impactan. Por ello, las empresas deben ser capaces de transmitir información oportuna y adecuada para mantener la confianza y proteger su reputación al interior y al exterior”, concluye Catalina Barragán.