Comunicación Interna Disruptiva: Hablemos de generar experiencias e impulsar influencers internos

El término disrupción se puso en auge hace unos años, invitándonos a romper esquemas, pensar fuera de la caja, innovar y usar toda nuestra creatividad para encontrar nuevas formas de hacer las cosas, buscando obtener mayor impacto y mejores resultados.

En el caso de la comunicación interna, para este 2023, es aún más determinante que las organizaciones dediquen esfuerzos y presupuestos para avanzar en la humanización y el aprovechamiento de la tecnología como acciones fundamentales para conectar con los públicos internos, desarrollar una cultura organizacional sólida, un clima organizacional positivo y una reputación que fomente el orgullo frente a la marca.

La post pandemia nos dejó claras evidencias de que vivimos una nueva normalidad, que nuestras audiencias cambiaron, que la transformación digital es un realidad, que ya convivimos con el internet de las cosas y la inteligencia artificial, por supuesto, que las personas son el centro de todo, y se requiere de organizaciones con liderazgo fuerte y un compromiso con la sostenibilidad de adentro hacia afuera.

 

Comparto algunas recomendaciones para que las organizaciones puedan desarrollar estrategias de comunicación interna disruptivas:

ü  Generar experiencias: uno de los principales retos de la comunicación en estos tiempos es captar los sentidos, y lograr una mayor atención, es por esto que en vez de concentrarnos solo en canales y mensajes, la apuesta debe ser convertirlos en un experiencia que les haga sentir y entender el mensaje.

ü  Mantener activa la participación de liderazgo de la organización: La participación de la alta dirección y los mandos medios, puede cambiar significativamente cualquier esfuerzo que se haga de integración y motivación en un equipo. Es por esto, que sigue siendo relevante poder concienciarlos sobre el impacto que tiene su involucramiento visible y efectivo en las relaciones e intercambios a lo interno de la organización, sobre todo para conectar de manera más humana con los colaboradores.

-Se trata de diseñar estrategias y proyectos que propicien intercambio, por ejemplo: “Escribe una carta a tu directivo X”, “Panel: conoce tus líderes”, un podcast “La empresa X por dentro”, encuentros “Desayunando juntos”, así como clubes sobre temáticas que aporten al bienestar de los colaboradores (salud, deportes, cultura).

ü  Crear canales digitales internos: Desde redes sociales, intranet, blogs, apps, boletines, revistas, plataformas de aprendizaje y entrenamientos, simuladores virtuales, y todo lo que pueda generar interacción dinámica de manera creativa o llamativa desde plataformas digitales.

ü  Contenido multiformatos: Debemos pensar en el público, ser más creativos al momento de producir el contenido para comunicar un mensaje, en tiempos donde prevalece lo visual y la tendencia es captar los sentidos. Los formatos de video, las imágenes, los artes, animaciones, audiogramas, podcast, creación de gif, stickers, reels, grabaciones tipo TikTok, entre otros.

ü  Promover influencers internos: Existen perfiles que tienen influencia en la organización, son modelos a seguir que sobresalen dentro del equipo, con ellos se puede trabajar estrategias de employee y employer branding, que fortalezcan su marca personal, al tiempo que se robustece la marca empleadora y promueve modelos positivos de liderazgo que inspiren al equipo a seguir su ejemplo. Elegir a un colaborador como influencer también representa un reconocimiento del equipo a sus perfiles y trayectorias.

-Las estrategias para gestionar influencers también facilitan la creación de campañas, challenge, encuentros, así como crear espacios o iniciativas que ellos propongan y puedan liderar.

En el contexto que nos encontramos la confianza y la inspiración son dos vitaminas esenciales para alimentar a las organizaciones a nivel interno, por ello los esfuerzos de comunicación dentro deben ir más allá de métricas y mensajes, hay convertirlas en gestión de intercambios, experiencia y conexión de la fuerza que mueve y energiza a las empresas e instituciones, es decir su gente.

Que quede claro, el involucramiento de la alta dirección y un liderazgo visible y efectivo son determinantes para que se cumpla con el propósito de una buena reputación y fidelidad. Si queremos colaboradores que confíen y se enorgullezcan de nuestra marca, mostremos los rostros de quienes les lideran, con un compromiso, principios e historias de seres humanos que les inspiren a ser mejores y a construir juntos un equipo con la reputación intachable que se merecen.   

Soy apasionada de estos temas, por experiencia he visto personas que transforman sus vidas como resultado de los esfuerzos que invierten las organizaciones para que ellos sean mejores seres humanos y colaboradores. Repliquemos los modelos de prácticas de comunicación interna exitosas, sostenibles y disruptivas, porque para lograr buena reputación, se necesita gente que confie y promueva nuestras marcas con orgullo de adentro hacia afuera.