Las empresas del sector de la construcción y del sector automotriz tienen diversas  coincidencias en sus características y contribuciones a la economía. Ambos  sectores son pilares importantes del Producto Interno Bruto (PIB), aportando  alrededor del 4 % cada uno en los Estados Unidos de América , sin considerar su  impacto indirecto en la fabricación de componentes, la logística y el transporte. 

En los países latinoamericanos estas cifras varían por países, ya que, generalmente, el  sector de la construcción tiene un mayor aporte que el sector automotriz.  Un rasgo distintivo que comparten ambas industrias es su naturaleza;  mayoritariamente estos dos sectores son de carácter  familiar. Estas empresas  enfrentan retos específicos relacionados con la sucesión generacional y la  incorporación de nuevas generaciones a los negocios. La formación y  profesionalización de los miembros familiares que deseen trabajar en la  organización también es un desafío crucial para su continuidad. 

Además de su importancia económica, ambos sectores generan un significativo  empleo tanto directo como indirecto en nuestros países. Si bien el sector de la  construcción puede tener una mayor incidencia en el empleo directo, ambos  contribuyen de manera significativa a la generación de oportunidades laborales  indirectas. 

Un aspecto fundamental en el que convergen es su papel en la sociedad actual. La  construcción afronta el reto de generar viviendas sostenibles y respetuosas con el  medio ambiente, mientras que el sector automotriz se esfuerza por volverse más  sostenible y menos contaminante en sus productos. Se prevé que ambas industrias  experimentarán transformaciones significativas en los próximos 5 a 10 años,  impulsadas por la demanda de un mercado cada vez más exigente y regulado. 

No obstante, la condición de empresa familiar seguirá siendo una constante.  Superar los retos del traspaso generacional y mantener la capacidad innovadora a lo  largo de las generaciones, así como ampliar su competitividad, serán aspectos clave  para su supervivencia.  Aprovechar las ventajas diferenciales de ser una empresa  familiar e incorporar  los nuevos conocimientos y tecnologías que las nuevas  generaciones aportan,  convirtiéndolas  en factores críticos para su éxito. 

La identificación de las ventajas competitivas y la marca de liderazgo familiar como  la estructuración de gobierno corporativo y familiar son esenciales al formular  estrategias de continuidad. Renovar y revitalizar las empresas con talento nuevo y  adoptar nuevas tendencias empresariales se vuelven cruciales para garantizar su  longevidad en un mercado dinámico, por esto la importancia que las familias  empresarias se organicen alrededor de unos acuerdos y estrategias que les  permitan convertirse en empresa longevas. Cabe recordar que la empresa más antigua del mundo que hasta el día de hoy sigue funcionando desde el año 578 es del sector de la construcción y sus orígenes claramente son familiares.   

En conclusión, tanto las empresas del sector de la construcción como del sector  automotriz, además de afrontar sus desafíos empresariales habituales, deben  prestar atención a los retos específicos que implica ser empresas familiares.  Identificar y aprovechar las ventajas de su carácter familiar les permitirá mantener  su competitividad en un mercado en constante evolución. La innovación, el enfoque  en la continuidad y el desarrollo generacional se convierten en pilares  fundamentales para el éxito de estas empresas a lo largo del tiempo. 

 

 

Raul serebrenik 

Consultor e investigador en temas de empresa y legado familiar 

raul.serebrenik@fecig.com
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