El desafío del sector eléctrico no es la generación, es la distribución
El uso de baterías y la instalación de nuevas redes forman parte del plan que lleva a cabo el Gobierno para robustecer el sistema de transmisión.
Hoy día, la mayoría de nuestras actividades están asociadas a la tecnología. Por ello, la satisfacción de la demanda energética es clave para el desarrollo económico y social de un país. En el caso de la República Dominicana, según comenta el ministro de Energía y Minas, Antonio Almonte, “del año 2020 al 2021, el aumento de la demanda energética medida en potencia o capacidad fue 10 %; del 2021 al 2022, esa demanda subió alrededor de un 5 %; y de mayo 2022 a mayo 2023, subió cerca de 10 % más”.
El crecimiento ha sido notable y, según señala el ministro Almonte, ha tenido que ver con “la llegada temprana del calor y el verano, también con la dinámica de la economía, constituyéndose en los principales factores de crecimiento de la demanda eléctrica en el país”.
Ahora mismo, afirma Almonte, no hay un déficit en términos reales de oferta respecto a la demanda, “tenemos capacidad para abastecer la demanda y nos queda un poco de reserva fría para cualquier circunstancia; sin embargo toda nuestra preocupación ha estado en que ese superávit es muy precario, es decir, la reserva es muy pequeña en comparación a la posibilidad de que una o dos de las grandes plantas salgan súbitamente el sistema por defecto. Si esto ocurre, el país puede caer en déficit, sobre todo en horas de demanda pico”.
Esa situación está siendo controlada, comenta, porque acaban de incorporarse al Sistema Eléctrico Nacional 190 MW, generados por Siba Energy en Boca Chica, que fue uno de los proyectos que resultó de la licitación de urgencia que hizo el MEM a finales de 2021; también, recientemente, se incorporó la planta Karpowership, una barcaza ubicada en Azua, con la generación de 178 MW. Estas dos unidades suman 368 MW, los cuales, en palabras de Almonte, “son suficientes para decir con tranquilidad que no hay déficit de generación en República Dominicana y que, por lo menos, por un año más podemos estar tranquilos, esperar que se sigan incorporando las renovables y que otras plantas que están en proceso de construcción en el norte del país terminen de instalarse”.
Entonces, ¿a qué se deben los apagones en el país? ¿Dónde está el problema?
En absoluto los apagones se deben a la generación de electricidad; cuando se han producido, la reserva del sistema ha sido de 300 y 400 MW, hemos tenido energía almacenada esperando entrar.
Los apagones se deben a desperfectos, a averías en la subestación BNV de Guaricano en Santo Domingo Norte, en el caso de los recientes ocurridos en la Majluta, donde transformadores obsoletos tuvieron que ser cambiados. La avería en la subestación de Villa Mella, otro ejemplo reciente, fue también por transformadores. Los cambios ya se han hecho, pero aún así han habido algunas irregularidades por circuitos que tienen problema con transformadores y con redes.
En periodo de calor todo el mundo está haciendo su aire, la demanda crece, las líneas se sobrecargan, los transformadores viejos, que ya están sobrecargados, explotan y eso produce una cascada de apagones. Pero, reitero, eso no tiene que ver con la generación, tiene que ver con el mal estado y la precariedad de la infraestructura de distribución de electricidad en el país.
¿Cómo evalúa el proceso de transición energética en el país?
El proceso de transición energética en la República Dominicana, yo creo que va rápido y de manera profunda.
Transición energética significa transitar desde un sistema de producción energética convencional, como siempre fue, a uno basado en nuevos combustibles o en nuevas fuentes, básicamente sol y viento, que son los líderes de las renovables.
En ese camino íbamos muy lento, pero en los últimos 10 años el país ha crecido en un 112 % en la producción de renovables y de ese 112 %, la mitad ha sido los últimos dos años. En ese tiempo le dimos un impulso a las renovables igual o mayor que todo lo que había pasado antes, eso significa que va rápido y yo creo que se ve. Ahora mismo tenemos 16 proyectos en construcción, de los cuales la mayoría van a ser inaugurados a finales de año.
Es profundo por la cantidad de megavatios renovables que se están instalando en el Norte, Sur, Este y alrededor de la capital. En el pasado hemos tenido algunas horas de un día con solo 500 MW de energía solar, pero a final de año vamos a tener días con 1000 MW o más. Si hacemos el cálculo general, serían 5,000,000 de kilovatios hora; cada kilovatio hora que se compra de fuentes renovables cuesta alrededor de 8 centavos, si lo comparamos con el kilovatio en el mercado nacional, que está alrededor de 14 centavos, la diferencia se traduce en un ahorro sustancial de dinero. El impacto de las renovables va a ser grande desde el punto de vista económico y de la reducción de importación de combustible.
¿Se alcanzarán las metas 2030 planteadas por el Gobierno Nacional?
Tenemos las condiciones para cumplirla. La demanda para instalar proyectos, existe; la disposición de inversión, también. Solo hay un factor que puede debilitar el alcance de las metas, ya que la colocación de una mayor cantidad de energía renovable en un sistema requiere de redes de transmisión más robustas y con capacidad de amortiguar las fluctuaciones de la energía variable, como la solar y la eólica.
¿Qué se está haciendo para controlar y mejorar esa situación?
Primeramente, ahora mismo sigue en desarrollo un plan de expansión de la transmisión. Ya se inauguró una subestación de alta tensión a 345 KW a 1 hora de la capital, la cual se interconectará con otra en San Pedro de Macorís; otra se está instalando desde Pepillo, Salcedo, hasta Santiago. Hay trabajos en desarrollo, que se llevarán 2 o 3 años más para tener un sistema de transmisión robusto.
Por otro lado, desde la Comisión Nacional de Energía hemos aprobado que los nuevos proyectos de energía renovable que se instalen deben tener una batería que durante todo el día almacene energía solar y después la vierta a la red cuando se necesite, y que, al mismo tiempo y con esa facilidad, se amortigüe el cambio brusco de la electricidad cuando sale el sol.
¿Qué rol está jugando el sector minero en la transición energética?
A la fecha no se puede decir que la minería juega ningún papel en la transición energética de la República Dominicana. La minería, en general, tiene un gran potencial y está desarrollando un papel importante en la transición energética en el mundo, ya que los artefactos que se utilizan en este proceso, como paneles solares, batería, movilidad eléctrica, etc, se fundamentan en minerales y metales críticos que provienen de lo que se conoce como tierras raras y en la República Dominicana no hay explotación de tierras raras.
El ministerio de Energía y Minas, y la Dirección General de Minería, en cooperación con otras instituciones, está llevando a cabo un proyecto de investigación sobre tierras raras. En el sur se está llevando una investigación y hay una gran posibilidad, de acuerdo a los resultados preliminares, de existencia de tierras raras en esa parte del país.
¿Cómo va la adecuación y desarrollo de leyes y reglamentos que apoyan el proceso de transición energética en la República Dominicana?
Lo primero que hicimos fue una modificación del reglamento de aplicación de la ley de incentivos a las renovables, para adecuarla a los nuevos tiempos. Ese reglamento nuevo fue emitido mediante un decreto presidencial hace un par de meses e incluye, entre otras cosas, que los contratos de compra venta de energía PPA con las renovables tendrán que ser adquiridos mediante licitación pública internacional competitiva. Eso fortalece la transparencia, le permite al país adquirir equipos con tecnología más avanzada, tener proyectos menos costosos y generar competencia.
En segundo lugar, la Comisión Nacional de Energía acaba de emitir una resolución que contribuye al tema de la regulación de la introducción de baterías en el sistema de renovables en el país.
Además, hay un decreto, que estamos a la espera de que salga, que incluye un reglamento que define cómo se va a remunerar las baterías, es decir, cómo se va a pagar el uso de batería en sistemas renovables en el Sistema Eléctrico Nacional.
Por último, está en consulta un nuevo reglamento que elaboró la Superintendencia de Electricidad para regular la generación distribuida. Se ha estado consultando a diferentes sectores y esperamos que en los próximos días se emita este documento oficial que regule la generación a pequeña escala con medios renovables, como la colocación de paneles solares en casas, negocios o industrias.
Como experto en el tema, ¿qué opinión le merece el hidrógeno verde, considerado como el combustible del futuro?
La apuesta que hay por el hidrógeno verde tiene mucho fundamento y va a tener una gran aplicación en todo el mundo para disminuir sustancialmente el consumo de combustibles fósiles convencionales para diferentes propósitos, no solamente en la generación eléctrica sino también en el transporte.
En el caso concreto de República Dominicana, hemos sido conservadores y estamos tratando es de ver cómo afinamos una estrategia nacional sobre hidrógeno, verde con cooperación de organismos internacionales y de naciones amigas. Pero no lo hemos colocado como punto prioritario de la agenda porque nuestras urgencias en el tema energético son tales que tenemos que ir a lo rápido y lo seguro; sin embargo, las nuevas turbinas de generación que se están instalando en Manzanillo tienen una capacidad para eventualmente trabajar con hidrógeno, cuando esa tecnología se desarrolle plenamente.
Lo que sí tenemos que tener es una estrategias y este ministerio está trabajando los términos de referencia para la contratación de una firma que nos pueda ayudar a elaborar, entre otras cosas, esa estrategia para hidrógeno verde.
Focos de trabajo del MEM para la eficiencia energética
Llevando Luz
El programa Llevando Luz es una iniciativa del Ministerio de Energía y Minas que busca llevar el servicio eléctrico a todos los rincones de República Dominicana, a través de la extensión de redes y mejoría de las existentes, para que las comunidades remotas y aisladas puedan desarrollar sus actividades mediante el uso de la electricidad.
Para el ministro Almonte, este programa tiene una importancia especial, aunque reconoce que “no lo podemos hacer con las fuerzas que quisiéramos por asunto de recursos, pero al menos dos veces al mes inauguramos un proyecto”.
En la mayoría de los casos, son comunidades donde se va asentando gente de forma desordenada en las periferias de las ciudades, sin contar con los servicios básicos de agua y luz. Entonces, explica Almonte, “nosotros lo que hacemos es que llevamos redes, transformadores, postes, etc. para extender la luz a esas nuevas comunidades”.
Hay otra parte del programa que tiene que ver con la instalación de paneles solares en zonas rurales, donde es muy difícil que llegue la electricidad mediante la extensión de redes. “Hemos colocado paneles solares en lugares con 60 y 70 familias, además de sus baterías y el sistema eléctrico interno de las casas. Esa también es una forma de electrificar áreas rurales”, señala el ministro de Energía y Minas.
Llevando Luz, además, contempla la instalación de minicentrales hidroeléctricas en pequeños saltos de agua, que pueden producir electricidad para una comunidad de hasta 40 casas. “Son inversiones modestas pero muy importantes para la gente. Les cambia la vida. De comunidades que nunca han tenido electricidad, pasan a comprar una nevera, una televisión, los muchachos estudian”.